Hace unos días los pasajeros de un vuelo de KLM con destino a Shanghai sufrieron un retraso de hora de media. Afortunadamente entre los pasajeros se encontraban algunos de los miembros de la Orquesta Sinfónica de Amsterdam, que aprovecharon para entretener a los pasajeros y, de paso, promocionarse.
Como en los pártidos de fútbol: aquí tenemos la “jugada” vista desde otro ángulo.
Por cierto… ¿Alguien más se ha imaginado al director de la orquesta pasándole un par de billetes para que el controlador retrasara el vuelo adrede y así hacer “marketing de guerrilla”?
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