"Hola Luke", debían decirle cuando                          hacía la cola del supermercado. “Señor                          Skywalker, su documento está listo”, le mencionaban                          seguramente cuando hacía cualquier clase de trámite.                          “Qué tal, él es Luke Skywalker”,                          lo presentaban en cualquier reunión de actores.                          “Que la fuerza te acompañe”, lo despedían                          invariablemente de cualquier lugar en el que se encontraba.                          “¿
Mark Hamill quién es?, se cuestionaban                          los productores de películas cuando su representante                          le buscaba trabajo sin mencionar la saga de Star Wars.
                        De regreso en su casa, 
Mark Hamill debía enfrentar                          una verdadera crisis de identidad: miraría el tubolux                          de la cocina con el mismo cariño que a un sable                          láser y se preguntaría sobre lo que podría                          depararle el futuro si nadie lograba desdoblar su identidad                          real del personaje que encarnó en la primer trilogía                          de La Guerra de las Galaxias.
La revelación le                          cayó como una bomba de plutonio: Mark Hamill era                          un actor condenado por su propio éxito, ligado                          indisolublemente a Luke Skywalker, el juvenil granjero                          de la galaxia que libera al universo devenido en Jedi.                                                                        
                                               Nacido en 1951, hijo de un capitán de la armada                          estadounidense, Mark Hamill pasó toda su infancia                          en varios lugares de los Estados Unidos. Estudió                          actuación y drama en Los Ángeles, debutando                          en televisión en 1963. Permaneció en las                          tinieblas de los actores de reparto hasta que un tipo                          rechoncho y con barba, con algunas ideas aparentemente                          impracticables, lo eligió para protagonizar su                          ambicioso proyecto Star Wars. Cuando la película                          estaba prácticamente terminada, Hamill sufrió                          un accidente de auto que le deformó el rostro y                          que inició algunas leyendas urbanas. Tuvo que someterse                          a una cirugía facial para reconstruir su cara,                          aunque el propio Hamill dice que sólo se rompió                          la nariz. Las versiones que circularon eran tan imaginativas                          como el propio George Lucas. De acuerdo a una de ellas,                          Mark se arrastró por la carretera componiéndose                          el rostro con una sola mano; según otra cayó                          con su auto por un alcantilado gigantesco, sobreviviendo                          con las consecuencias esperadas. Supuestamente sus cirujanos                          le aseguraron que podrían recomponerle el rostro                          a mediano plazo, ya que las heridas se irían manifestando                          más intensamente con el paso de los años,                          lo que lo llevaría a repensar su carrera actoral.                          
 
                         Lo que queda claro es que cualquiera que observe El                            Imperio Contraataca y El Regreso del Jedi notará                            que la cara juvenil de Hamill estaba efectivamente modificada,                            sin mencionar que luego de 1983 Hamill actuó                            solamente en escasos filmes de bajo presupuesto. Una                            de las escenas de la primera película de Star                            Wars debió entonces ser protagonizada por un                            doble, aunque el filme pudo terminarse correctamente.                            Al comienzo de El Imperio Contraataca, segunda parte                            de la trilogía original, Luke Skywalker es atacado                            por un monstruo wampa, que casualmente le destroza la                            cara con una garra, dejándole cicatrices indelebles.                            Hamill y Lucas juraron y perjuraron que esa escena estaba                            en el guión original, pero hasta el fan más                            despistado de Star Wars sospechó que se trataba                            de un tour de force de los guionistas para explicar                            el cambio facial repentino del actor con aspecto teenager.                         Luego de El regreso del Jedi, Mark Hamill descubrió                            que nadie lo quería en sus películas,                            ya que el público no lograba desligarlo del papel                            de Luke Skywalker. Probó con varios castings,                            pero los productores siempre temían que no lograría                            convertirse en ningún personaje creíble.                            Imaginemos la situación: Hamill protagoniza alguna                            recreación histórica, ambientada -por                            ejemplo- en las Cruzadas de la Edad Media y el público                            aguarda que Mark empiece a repartir justicia rebanando                            y fileteando moros y otros paganos con el prodigioso                            sable láser de la Orden Jedi. Suponemos que eso                            era exactamente lo que estaba en la mente aterrorizada                            de los productores.
                         
                          
                          
                         ¿Qué hizo entonces Mark “Luke”                            Hamill? Logró triunfar, pero al no hacerlo a                            escala masiva muy pocos se dieron cuenta. Protagonizó                            exitosamente varias obras en Broadway, dirigió                            su propio documental sobre el mundo del comic (2004),                            también escribió y creó libros                            del mismo rubro (El Perla Negra fue el más conocido)                            y sobre todo se destacó en el doblaje de dibujos                            y largos animados. Hamill es responsable de las voces                            de varias producciones de Cartoon Network como La Vaca                            y el Pollito, Las Chicas Superpoderosas o Escuadrón                            del Tiempo, entre otros, mientras que sus créditos                            incluyen la caracterización de varios villanos                            en las series de Batman (El Guasón), El Hombre                            Araña (El Duende Verde), Scooby Doo, La Liga                            Extraordinaria, Los Cuatro Fantásticos, etcétera.
                         

                         Su actuación en otros filmes es escasa, aunque                            pudo vérselo en el 2002 haciendo de él                            mismo en la película “Jay and Silent Bob                            Strike Again” de Kevin Smith, héroe del                            cine independiente norteamericano y confeso cultor y                            amante de los comics. Hace poco concurrió en                            compañía de Chewbacca, entre otros, a                            la premiére de la última entrega de la                            saga galáctica de George Lucas, “La Venganza                            de los Sith”. Se habrá arrebujado en la                            pantalla con un poco de nostalgia, mirando con extrañeza                            su “propio” nacimiento en la pantalla, soñando                            con las épocas en que el futuro de la Galaxia                            estaba en sus manos y el Imperio se resquebrajaba por                            obra y gracia de la Fuerza.
 
Un grande Luke!!!
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