Reconozco el esfuerzo de los cantantes líricos Renata Drozd, Kamil Pękala y Marcin Pomykała; del director de orquesta Bernard Chmielarz ; y del pianista Waldemar Malicki para llevar la ópera al gran público. Pero… ¿no había otra canción mejor para versionar?
En estos casos, las leyes de protocolo lírico, permiten, en ves de aplaudir, chiflar?
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