La historia de la llama olímpica

La llama olímpica, o fuego olímpico, es uno de los símbolos de los Juegos Olímpicos, y evoca el mito de Prometeo, que habría robado el fuego a Hefesto para entregarlo a los mortales y luego castigado por Zeus, por dicha acción.


Durante la celebración de los Juegos Olímpicos de la antigüedad, en la ciudad de Olimpia, se mantenía encendido un fuego que ardía mientras duraran las competiciones, siendo esta tradición reintroducida en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam 1928.


En la antigüedad, el fuego era considerado sagrado por muchos pueblos, incluyendo los griegos que tenían una leyenda según la cual el fuego habría sido entregado a los mortales por Prometeoque lo había robado de Zeus. Debido a la importancia del fuego, en muchos templos se mantenían las llamas encendidas permanentemente. Este era el caso, por ejemplo, del templo de Hestiaen la ciudad de Olimpia. Según se sabe, la tradición de mantener un fuego encendido durante los Juegos Olímpicos se remonta a la antigüedad, cuando se efectuaban sacrificios a Zeus. En esas ceremonias, los sacerdotes encendían una antorcha y el atleta que venciera una carrera hasta el lugar donde se encontraban los sacerdotes tendría el privilegio de transportar la antorcha para encender el altar del sacrificio. El fuego era entonces mantenido encendido durante los Juegos como homenaje a Zeus.
Unos meses antes de cada realización de los Juegos Olímpicos (la fecha exacta varía de acuerdo con la duración del recorrido hasta el estadio Olímpico), la llama es encendida en Olimpia, frente a las ruinas del templo de Hera, en una ceremonia que pretende volver a vivir el método usado en la antigüedad y que se destinaba a garantizar la pureza de la llama: actrices que representan sacerdotisas de Hestia colocan una antorcha en la concavidad de un espejo parabólico que concentra los rayos del Sol que, como en la antigüedad, enciende la llama que marcará el inicio de una realización más de los Juegos.

En el siguiente video, la ceremonia resumida, del encendido para los JJOO de Londres 2012, ocurrido hace días nomás en el sitio histórico. La actriz Ino Menegaki, en el papel de Gran Sacerdortisa de Olimpia, escoltada por otras diez mujeres en representación de las Vírgenes Vestales, ha hecho entrega del fuego sagrado al campeón olímpico de natación Spyros Yanniotis.

 

Además de encenderse la antorcha, enseguida, la llama es transferida hacia dos urnas o linternas. Una de estas recorrerá junto a la antorcha todo el recorrido hasta el estadio olímpico, mientras que la otra, viaja directamente hasta éste, quedando de reserva por si las dos anteriores se apagasen.
Mientras tanto, la primer antorcha prendida con el espejo, es llevada y depositada en el antiguo estadio olímpico de Hera.
Ahí la llama se usa para encender la antorcha olímpica (que es diseñada especialmente para cada juego Olímpico), transportada por el atleta que hará el primer recorrido del viaje, y que conducirá la llama a lo largo del recorrido hasta el estadio donde se realicen los Juegos.
En la antiguedad, si la llama se apagaba, los juegos eran cancelados por mal presagio.
Hoy como triple prevención, unos días antes se enciende una llama, usando el mismo método, que entonces se mantiene encendida para ser usada si el cielo está nublado el día de la ceremonia.
Para los Juegos Olímpicos de Invierno el procedimiento es semejante, excepto que el paso de la llama al primer corredor se hace frente al monumento en homenaje a Pierre de Coubertin, fundador de los JJOO modernos y presidente del Comité Olímpico Internacional.


A lo largo del tiempo se mantuvo la tradición de transportar la antorcha Olímpica con una carrera de atletas, pero en ciertas ocasiones se utilizaron medios de transporte especiales, por motivos de necesidad o de espectacularidad.
La llama Olímpica viajó en barco por primera vez para atravesar el Canal de la Mancha en 1948 y viajó en avión cuando fue transportada hacia Helsinki en 1952. Debido a las restrictivas leyes de cuarentena en vigor en Australia, en los Juegos Olímpicos de Melbourne 1956 los eventos de equitación se realizaron separadamente y la antorcha olímpica fue transportada a caballo en su recorrido hasta Estocolmo, donde se realizaron las pruebas ecuestres.
En 1976 se utilizaron medios espectaculares para transportar la llama. El fuego fue transformado en un impulso eléctrico que fue enviado desde Atenas, vía satélite, hasta Canadá, donde fue reencendido por un rayo láser.
En 2000 la antorcha fue transportada bajo el agua por buceadores cerca de la Gran Barrera de Coral. Otros medios de transporte fuera de lo común incluyeron la utilización de canoas, camellos y el avión supersónico Concorde.
A través de los años y los juegos, los diseños de las antorchas que trasportan a la llama olímpica desde su origen histórico hasta las distintas sedes, ha ido cambiando.


Para la próxima edición de los Juegos (recordemos que las Olimpiadas propiamente dichas, se dan en el período que va entre un juego y el otro, fue diseñada una antorcha llena de simbolismos (que será tema de otro post) por el estudio inglés BarberOsgerby



En 2008, la llama olímpica hizo cumbre en el Everest, tres meses antes del inicio de los Juegos de Pekín



Es ya tradicional que el encendido de la llama durante la ceremonia de apertura de los Juegos sea efectuado de forma original y espectacular.
En los Juegos de Barcelona 1992, el arquero paralímpico Antonio Rebollo disparó una flecha incendiaria hacia el pebetero, desde el lado opuesto del estadio.



Dos años más tarde, en Lillehammer 1994, la antorcha Olímpica entró en el estadio transportada por un saltador de esquí.

 

Pero no siempre todo marcha bien. En los Juegos de Sídney 2000, a mi gusto, de los mejores pebeteros y ceremónias que ví, el mecanismo que transportaba el pebetero con la llama se paró, quedándose parado cerca de tres minutos, después de lo cual continuó su subida hasta a la torre.

 

Con el tiempo se hizo también tradición que el último de los corredores que transportara la antorcha fuera un atleta o ex atleta famoso. El primero de ellos fue el campeón Olímpico Paavo Nurmi en 1952.



Más recientemente, entre esos famosos "finalizadores" del recorrido de la antorcha, se incluyen el jugador francés de fútbol, Michel Platini (Alvertville 1992) y el campeón de pesos pesados de boxeo, Muhammad Ali (1996).


La primera mujer en encender el pebetero fue Enriqueta Basilio en las Juegos Olímpicos de México 1968.


En otras ocasiones, las personas que encienden la llama en el estadio no son famosas pero aún así representan los ideales olímpicos. El corredor japonés Yoshinori Sakai nació en Hiroshima el 6 de agosto de 1945, el día en que la bomba nuclear destruyó aquella ciudad. Él simbolizó el renacimiento de Japón después de la II Guerra Mundial, cuando encendió la llama en los Juegos de Tokio en 1964.
En los Juegos de Montreal, en 1976, dos adolescentes, una de la parte francófona y otra de la parte anglófona de Canadá, simbolizaron la unión del país.

En el siguiente video, una compilación de diferentes encendidos de los pebeteros olimpicos e imágenes del transporte de la antorcha para diferentes JJOO.

 

Para terminar, una perlita. Durante la travesía de la llama, antes de llegar a Pekin en el 2008, ésta hizo el recorrido más largo de la historia, con récord de personas que la portaron y de kilometros.
El Viernes 11 de Abril del 2008, la antorcha por primera vez pasó por suelo argentino y recorrió las calles de Buenos Aires.
Además del despelote de tránsito que generó, y la gran repercusión, cuando llegó a la intersección de Diagonal Norte y Esmeralda, la antorcha se apagó... Suerte que la organización, iba unos metros detrás de la antorcha, con una de las linternas que para tales situaciones, sirve para encenderla de nuevo.
 Aquí el video del momento (de muy mala calidad). Nótese el cántico popular "very argento", que surgió espontaneamente.

  Todos los datos del post, recopilados por mi de diferentes fuentes

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